¡Hola!
Estamos de vuelta una semana más y tristemente será la última, porque este viaje cada vez llega más a su fin..., pero no nos pongamos tristes que mientras tanto aquí sigo escribiendo😃
Hoy os vengo a informar un poco sobre uno de los trastornos más frecuentes de la niñez, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico que implica problemas para prestar atención, controlar conductas agresivas o ser excesivamente activos.
Sabemos que los niños pequeños son más difíciles de controlar para que atiendan o para que se centren, pero una vez que se va creciendo, esas cosas se van dejando atrás o simplemente mejoran nuestras conductas. Por eso mismo es importante que prestemos atención a los tres patrones que he mencionado con anterioridad, ya que este trastorno suele presentarse desde una temprana edad, antes de los 12 años. Y todo esto puede conllevar problemas en la escuela, en el hogar, en las amistades... En la vida, en general.
También puede presentar diversas conductas como:
- Olvidar y perder las cosas con mucha frecuencia.
- Fantasear mucho.
- Retorcerse o moverse nerviosamente y constantemente.
- Problemas para respetar los turnos, para llevarse bien con las personas, para atender...
- Parece no escuchar cuando les hablas.
El TDAH se presenta de tres formas distintas:
- TDAH con hiperactividad-impulsividad: la persona se mueve mucho o es muy nerviosa. Se siente inquieta y tiene problemas con la impulsividad, de lo que regularmente interrumpe a los demás, no para de hablar, no hace caso...
- TDAH con falta de atención: tiene problemas para mantener la atención en cualquier actividad que esté realizando y se puede distraer con facilidad, no termina lo que acaba y empieza otra muy rápidamente, a veces se encuentra como ausente...
- TDAH combinado: los síntomas anteriores están presentes a la vez.
No se conocen las causas y los factores de riesgo de esta enfermedad, por lo que siguen estudiándola para que baje la probabilidad de que las personas padezcan de TDAH. Lo que sí tienen en cuenta es que la genética sí que puede desempeñar una gran papel, ya que si alguno de los padres lo padecen, hay una probabilidad de que el hijo también. También puede pasar si la madre ha consumido alcohol durante el embarazo, por parto prematuro...
Como futura educadora, debemos de informarnos sobre estos temas porque algún día también tendremos que trabajar con niños que padezcan de esto para poder ayudarles a dar pasos hacia la sociedad. Muchas veces vemos a los niños cuando hacen algo que no nos gustan y de primeras decimos algo como ''¡qué mal educado!'' y cosas así, cuando en verdad no sabemos lo que hay detrás.
Y hasta aquí mi nueva entrada semanal, espero que hayáis aprendido un poquito más como lo he hecho yo 😀.
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